La Dra. Leisa Molinari, experta en dermatología, arroja luz sobre un fenómeno preocupante: la tanorexia. Esta es una condición en la que una persona desarrolla una compulsión obsesiva por lograr un tono de piel más oscuro, ya sea mediante exposición al sol al aire libre o en cabinas de rayos UV, persiguiendo un tono que se considera considerablemente más bajo que su tono real.

Las repercusiones de la tanorexia en la piel pueden ser impactantes, debilitándola y aumentando el riesgo de lesiones pre-tumorales y tumorales. Sin embargo, no es una condición sin esperanza. Existe tratamiento disponible para abordar esta adicción. En este contexto, los enfoques quirúrgicos y las cremas especializadas forman parte de un proceso de tratamiento a largo plazo.

En el año 2005, un equipo de especialistas en dermatología publicó un estudio titulado “El Bronceado Ligero como un Trastorno Relacionado con Sustancias”. Esta investigación demostró que aquellos que sufren de una obsesión por el bronceado pueden perder el control sobre sus límites. En muchos casos, evitan interrumpir el proceso de bronceado incluso cuando su piel ya ha alcanzado una tonalidad oscura.

La Dra. Molinari, cuyos conocimientos se extienden al cáncer de piel, ofrece su perspicaz opinión al respecto. Ella señala que este patrón es comparable a otras adicciones comunes, como el alcoholismo y el tabaquismo.

Identificar a las personas afectadas por la obsesión por el bronceado puede ser desafiante, pero es un paso necesario. Convertirse en observadores atentos y brindar apoyo y orientación esencial para aquellos que luchan con esta condición. La asistencia que se brinda se convierte en una contribución valiosa para la salud y el bienestar de las personas afectadas.

El descubrimiento de la tanorexia, la adicción al bronceado, es fundamental para promover la conciencia y la atención en torno a esta preocupante realidad que afecta a la salud de la piel y a la calidad de vida.