Sabemos que para el tratamiento de ciertas condiciones médicas contamos con momentos claves como la Cirugía de Mohs que, en caso de ser bien aprovechados y aplicando las mejores opciones diagnóstico-terapéuticas, podemos obtener óptimos resultados y disminuir drásticamente su impacto.
Vamos con un ejemplo, bastante conocido.
Supongamos que una persona de 65 años comienza súbitamente con un dolor en el pecho intenso. Llama al servicio de urgencias que llega en 15 minutos a su domicilio. El médico que lo evalúa percibe que el cuadro es sospechoso de un infarto, entonces le realiza un electrocardiograma que confirma esta sospecha y lo deriva rápidamente a un centro especializados.
Allí, otro equipo profesional le indica y realiza un estudio de alta complejidad (angiografía) que confirma que tiene una obstrucción en una arteria del corazón. Logran destapar la arteria, colocan una prótesis para prevenir nuevas obstrucciones (stent) y el paciente regresa sin secuelas a su casa a las 48 hs.
Este es el típico ejemplo de aprovechar la “oportunidad de oro” de una patología. Si hubiera existido alguna demora o se hubieran utilizado métodos diagnósticos o de tratamiento inadecuados, el resultado podría haber sido muchísimo peor.
Ahora pensemos lo mismo pero aplicado a la “oncología cutánea”, o sea a la especialidad dedicada a la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer de piel.
Si bien aquí el concepto de “oportunidad de oro” no se aplica a una situación que se define en minutos u horas, es igualmente válido.
¿Por qué la Cirugía de Mohs, es la clave para el cáncer de piel?
Ante el desarrollo de una lesión de cáncer de piel, sobre todo de los tipos más frecuentes (basocelular, espinocelular), la piel normal circundante tiene una importante función de barrera, con capacidad para delimitar y controlar el crecimiento del tumor.
También, debemos tener en cuenta que hay algunos tipos de tumores de piel que se consideran de “alto riesgo”, ya sea por su ubicación (rostro, dorso de manos, etc) y/o por la agresividad de las células que lo componen (sugiero ver artículo: Indicaciones de Cirugía Micrográfica de Mohs).
En tumores de alto riesgo, cuando se hacen tratamientos que no tienen una alta efectividad como curetajes, cremas, crioterapia o cirugías que no son eficientes, el proceso inflamatorio y posterior cicatriz que queda de ese primer tratamiento, modifica las condiciones de la piel y se pierde la capacidad de control que antes mencionamos.
Por lo tanto, un primer tratamiento inefectivo, igual que en el ejemplo del infarto, puede cambiar definitivamente el pronóstico de un cáncer de piel, sobre todo si se trata de tumores de alto riesgo. El primer tratamiento tiene que ser aquel que asegure la mayor efectividad posible.
Técnica de alta efectividad
Se trata de una técnica que permite tratar a los tumores de piel con una efectividad de un 99%. Sin embargo, esta efectividad disminuye si el tumor fue tratado previamente con otras alternativas y no fue curado.
Es importante aclarar que, aún si hubo tratamientos previos que fracasaron en controlar un tumor de piel, igualmente podemos ofrecer una cirugía micrográfica de Mohs.
La cirugía será seguramente más compleja, porque hemos perdido la “oportunidad de oro” de ofrecerla como el tratamiento más efectivo en el momento oportuno. En esos casos, la piel ya tendrá cicatrices y daños consecuencia de los otros procedimientos, y esto afectará el pronóstico.
Por lo tanto, recomiendo que, ante un cáncer de piel de reciente diagnóstico, sobre todo si se trata de un carcinoma basocelular o espinocelular de alto riesgo por ubicación o tipo de células que lo componen, no se realicen otros tratamientos que aquellos que ofrecen la máxima efectividad, a fin de aprovechar la oportunidad de oro para tener el mejor pronóstico.
La Cirugía Micrográfica de Mohs es, sin dudas, la mejor alternativa para lograr este objetivo.
No puedo dejar de mencionar, como siempre, que la mejor oportunidad es una correcta prevención! Cuidá tu piel del sol y contrólate periódicamente con tu dermatolog@.